El valor más grande de un profesional es su potencial de hacer la diferencia y usarlo para sumar en su ámbito de acción
Lourdes Molina, 03 ENE 2024
El mundo actual impone un gran desafío a la industria farmacéutica y también a las instituciones que las regulan, debido a la velocidad vertiginosa con la que se surgen nuevas tecnologías con las que se desarrollan, prueban y fabrican insumos para la salud. También es importante tener presente que las tecnologías de la información avanzan a pasos agigantados y la inteligencia artificial cada vez está más integrada a las operaciones de las organizaciones.
Hoy más que nunca la planeación estratégica se vuelve una herramienta para blindar a las organizaciones de los embates provocados por los incesantes cambios y también lo es, la capacidad de las empresas para mantener los esfuerzos de implementación del plan estratégico y al mismo tiempo adaptarse a los cambiantes contextos a lo que están sujetas.
Sin lugar a duda, las tecnologías de la información juegan un papel fundamental para colectar datos, analizarlos y obtener conclusiones que permitan sintonizar las capacidades de la organización con lo que quiere lograr y con el contexto. En este sentido, es importante traer los arquetipos de Peter Senge a la visibilidad ya que, sirven de referencia para el análisis de los datos que se colectan de la gestión de los diferentes procesos de la organización: los comerciales, los operativos, los de recursos humanos y los financieros. Estos arquetipos son útiles para analizar las tendencias y proyecciones e identificar el que se está manifestando en el estado actual y tomar las acciones adecuadas para alinear a la empresa a un arquetipo que manifieste crecimiento sustentable. En este punto, la planeación estratégica encuentra su razón de ser y se sirve de la misión, la visión y una evaluación de riesgo con la que sea posible fijar objetivos claros que queden plasmados en un plan estratégico.
Cuando ya se desarrolló el plan estratégico se deben designar los recursos para su implementación. Estos son los que van a dictar el tiempo en que se debe implementar dicho plan y con estos elementos, el equipo deberá desarrollar el plan táctico, de acuerdo con la infraestructura de la organización. El factor tiempo y los procesos financieros soslayan la continuidad de los planes tácticos porque las organizaciones tienen tiempos fiscales anuales. Por tal motivo, los planes tácticos deben dividirse en objetivos anualizados con logros tangibles que justifiquen el uso de los recursos asignados en el año fiscal en curso. De acuerdo con lo anterior, la implementación de un plan táctico puede durar de 3 a 5 años. Al tiempo en que se desarrollan los objetivos, se deben establecer criterios de aceptación y KPI; éstos son las referencias para los trabajos de monitoreo del avance en la implementación. Cuando se concluye la implementación de un objetivo, el resultado debe ser contrastado con el criterio de aceptación y/o los KPI definidos. Con base en el resultado, se da continuidad al plan o se adapta de acuerdo al contexto que prevalezca en el momento de la evaluación ya que, habrá muchas variables que influyan en curso de los planes de la organización.
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