El valor más grande de un profesional es su potencial de hacer la diferencia y usarlo para sumar en su ámbito de acción.
Autor: Lourdes Molina, 23 OCT 2024
El acceso a medicamentos es, ha sido y seguirá siendo un desafío para México porque desafortunadamente dependemos de otros países para el desarrollo tecnológico, así como, para el abasto de ingredientes activos y otros insumos. El asunto se recrudeció con la pandemia de Covid-19 porque el abasto de medicamentos protegido por patente, ingredientes activos y hasta de materiales de empaque se vió muy limitado, poniendo en la mira de las instituciones públicas de salud y del sector privado, la necesidad de invertir en la producción de ingredientes activos para cubrir las necesidades de acceso a medicamentos en América y estar mejor preparados para hacer frente a otra pandemia. Cabe mencionar que por la premura del gobierno por cubrir incipientemente las necesidades de acceso, la importación de medicamentos para uso de emergencia ha sido una medida disruptiva ya que, algunos de esos medicamentos entran al país sin registro sanitario con la esperanza de cubrir los requerimientos de volumen a un precio que en ocasiones no es operante para la industria local. Cabe mencionar que, los precios que pagan finalmente las instituciones públicas en licitaciones restringidas y asignaciones directas por las claves que quedan desiertas en las compras consolidadas no son necesariamente los más bajos. Esta medida no es sustentable para el país y además introduce un riesgo sanitario para la población, por lo que poner atención en el desarrollo de hubs tecnológicos y la construcción de plantas de principios activos parece una alternativa más estratégica por la ubicación geográfica de nuestro país. Sin embargo, esto requiere la inversión de grandes capitales que necesitan un ambiente microeconómico menos volátil. A este respecto, una política farmacéutica alineada con una estrategia que trascienda el ambiente político y el partico en el poder, sería de mucha ayuda porque daría certidumbre a los inversionistas.
Por otro lado, sigue siendo una opción el desarrollo de medicamentos genéricos, ya que México cuenta con una infraestructura adecuada para hacer frente a las necesidades de medicamentos para tratamientos que pueden atenderse con pequeñas moléculas. Adicionalmente, los países de oriente han desarrollado una infraestructura para producir principios activos con alcance global a un buen precio; sin embargo, el cumplimiento normativo sigue siendo un desafío para las plantas de esos países, considerando que COFEPRIS, es una agencia reguladora de referencia nivel IV. Aún así, estar al tanto de los desarrollos de principios activos que van perdiendo sus patentes es una oportunidad constante para la industria farmacéutica enfocada al mercado de los medicamentos genéricos. En este caso, la cuna para el desarrollo de nuevos negocios para este mercado es el CPHI que es una feria farmacéutica considerada la más grande del mundo. CPHI son las siglas en inglés de Convention on Pharmaceutical Ingredients. Este evento es fundamental para los profesionales del sector farmacéutico ya que ofrece la oportunidad de exponer productos o servicios, conocer las novedades y desafíos de la industria, participar en conferencias y mesas redondas, establecer relaciones comerciales y fomentar la colaboración en proyectos de investigación y desarrollo. En este año, la feria se llevó a cabo en Filadelfia del 7 al 9 de mayo, en Milán del 8 al 10 de octubre y en Delhi del 26 al 28 de noviembre. Las primeras dos ya se llevaron a cabo, pero queda todavía la oportunidad de asistir a la de la India.
¿Qué pasaría si pensamos en grande y buscamos colaboraciones para el desarrollo tecnológico y de ingredientes activos de pequeñas moléculas, así como de biofármacos?
La opción que hemos elegido es comprar excipientes, materiales e ingredientes activos en otros países y México se ha convertido mayormente en un comercializador o en maquilador aún contando con mano de obra muy calificada y con centros de investigación ubicados en las principales universidades del país.
Por otro lado, tenemos el Nearshoring que es una promesa de la nueva administración presidencial, lo que abre una oportunidad enorme de dejar de ser maquiladores de las tecnologías desarrolladas por otros países e incentivar la inversión de capital en centros de investigación en donde se desarrollen proyectos con la colaboración de equipos multiculturales de investigadores, profesionales técnicos calificados de la industria farmacéutica, expertos en regulación y en desarrollo de nuevos negocios con el propósito común de llevar del mundo a la farmacia nuevas opciones terapéuticas a los pacientes.
Es importante destacar que el propósito de esta publicación es ampliar el contexto de los profesionales farmacéuticos e inversionistas mexicanos, y poner la meta de la Industria Farmacéutica Mexicana en el desarrollo de negocios en un ámbito global. Al menos, esa es la visión que hemos construido con nuestras participaciones en el CPHI de Barcelona en el 2023 y CPHI de Milán en el 2024. Entonces, nuestra participación en esta feria mundial nos ha dado la oportunidad de desarrollar nuevos negocios para diferentes empresas farmacéuticas y esperamos que la visión que comparto en esta publicación tenga eco.
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