La Gaceta del concejal No. 30 ¡Ya no quiero ser jefe!

El valor más grande de un profesional es su potencial de hacer la diferencia y usarlo para sumar en su ámbito de acción.

Por Jesús Quintana y Lourdes Molina, 19 de marzo del 2024

Ser el jefe es un anhelo que todos tenemos en algún momento de la vida y con el tiempo ese anhelo se va convirtiendo en una realidad para algunos. Sin embargo, convertirse en jefe no es fácil porque eso significa tener la responsabilidad de lo que hace todo un equipo y por lo tanto, es imperante coordinar los esfuerzos de todos, para que se realicen las funciones en tiempo y forma. Para lograrlo es importante manejar correctamente la autoridad, la capacidad de tomar decisiones y de liderar al equipo en un ambiente de confianza. Y… se dice fácil pero cuando nunca has tenido personal a tu cargo, esta experiencia puede ser muy intensa…

      “Cuando un grupo de personas trabaja en equipo, se avanza y se generan logros que provocan un disfrute colectivo, autorrealización y compromiso con el equipo.”

Les comparto una pequeña historia que es real y muy ilustrativa:

En una ocasión, el Gerente de logística estaba corriendo un proceso de selección interno para cubrir una nueva posición; cómo en todos los procesos, ésta se publicó y algunos colaboradores decidieron postularse. Sin embargo, entre los que se postularon, había un colaborador que había sido muy proactivo en varias posiciones que le permitieron ganar los conocimientos y experiencias para convertirse en un candidato idóneo para el nuevo puesto. El único punto que no establa a favor del candidato favorito es que no había tenido personal a su cargo. Sin embargo, el desempeño que había tenido en otras posiciones había sido tan destacado que el Gerente se decidió por el candidato más preparado técnicamente con el compromiso de ser su mentor para ayudarle a desarrollar las competencias de supervisión. El nombre del colaborador es Pedro y él se puso muy feliz cuando el Gerente le otorgó su ascenso en donde estaba implicado un jugoso aumento de sueldo, pero también un incremento notable de responsabilidades y un equipo de 10 colaboradores. Pedro era muy disciplinado, metódico y perfeccionista así que en su primer día de trabajo comenzó a coordinar las funciones de sus colaboradores y bueno, no le fue muy bien. Los colaboradores no estaban acostumbrados a ser ordenados, ni disciplinados para documentar sus actividades, tenían funciones duplicadas y una actitud un tanto cuanto displicente con Pedro.  En suma, Pedro terminó su primer día sin poder coordinar a los colaboradores en sus funciones y se sintió muy frustrado; tan grande fue su decepción que antes de que terminara la jornada, fue a la oficina del Gerente y le planto, senda carta de renuncia y airadamente le dijo que ya no quería ser Jefe. El Gerente, le pidió que se calmara y que le platicara lo que había pasado. Pedro, le contó al Gerente como se había pasado todo el día tratando de coordinar a los colaboradores a su cargo y que no lo había logrado y que tampoco había tenido tiempo de hacer las funciones por sí mismo a pesar de que sabía como realizarlas. Habló de su frustración, también de que nos sabía como lograr que la gente lo escuchara, lo siguiera y se comprometiera. El Gerente comenzó por darle las gracias por la confianza, después le hizo saber que el aún con todo lo que se le había confiado, seguía muy tranquilo con su decisión y finalmente le compartió que nadie se convierte en Jefe en un día. Acto seguido, le habló de 5 principios que le ayudarían a desarrollar las habilidades para gestionar a su personal:

  1. Muestrales su lugar en el proceso y ayúdales a desarrollar métricas para medir su desempeño.
  2. Muéstrales como los procesos son eslabones de una cadena de valor cuyo resultado final es que el paciente tenga acceso a un medicamento o un dispositivo médico necesario para mejorar su salud.
  3. Enséñales que los pacientes pagan por los medicamentos y dispositivos médicos y esos recursos se convierten en ingresos para la organización y que, mientras haya buenos ingresos, los colaboradores conservarán sus empleos y crecerán profesionalmente dentro de la organización.
  4.  Motívalos a autogestionarse con sus métricas. Si ellos aprenden a medir su desempeño, encontrarán maneras de hacer pequeñas o grandes mejoras que optimicen las funciones bajo su responsabilidad y eso les abrirá caminos de crecimiento.
  5. Genera en ellos la convicción de que la libertad es responsabilidad y que eso construye la confianza del equipo para generar un ambiente laboral armonioso y con buenas sinergias. Así como también, la libertad irresponsable destruye la confianza del equipo y eso deriva en un ambiente laboral con un alto nivel de incertidumbre y politizado, lo que instala una cultura de miedo.

El Gerente concluyó diciendo que formar un equipo comprometido toma tiempo y que, en general los colaboradores llegan a trabajar con buena voluntad. Sin embargo, es importante identificar a tres tipos de colaboradores:

  1. Los que quieren pero no saben.
  2. Los que saben pero no pueden.
  3. Los que saben y pueden pero no quieren.

Puedes ayudar a los colaboradores del grupo 1 y 2 para que sepan y puedan mediante una capacitación adecuada y comunicación efectiva en la que sea posible tener visibilidad sobre lo que realmente le hace falta al equipo para poder hacer su trabajo en forma eficiente. Es importante comprender que los conflictos son oportunidades para llegar a acuerdos y fortalecer los lazos entre los integrantes del equipo. Que la negociación es una herramienta que le permite a todos los miembros del equipo hacer sus propias elecciones y así aprendan que la mejor manera de negociar es con una dinámica ganar – ganar. Que el respeto es prioritario y es necesario ser firme para relacionarse en forma respetuosa con todas las personas, aunque no pertenezcan al equipo y que, la actitud de servicio y colaboración siempre suman. Es imperante que el equipo se mantenga unido y enfocado en las situaciones difíciles y en los momentos de tomar decisiones con alto impacto para propio equipo, otros colaboradores o la organización misma. Una vez que logres establecer una dinámica de trabajo en donde cada miembro del equipo tenga lo que necesita para trabajar en forma eficiente y armoniosa, se generará el sentido de pertenencia y comenzarán a ayudarse unos a otros. Cuando el equipo sienta que trabajar unidos suma, reconocerá las oportunidades de generar sinergias y logrará objetivos colectivos de alto impacto. Esta dinámica llevará al equipo a celebrar sus logros y tendrán un sentimiento de autorrealización y compromiso genuino.   Los colaboradores del grupo 3 generalmente son muy pocos y se muestran inmunes a toda acción para integrar al equipo y en más de una ocasión sabotean los esfuerzos para avanzar. En ese caso es muy importante llevar registros de los hechos y buscar la manera de integrar a estos colaboradores mediante acuerdos y negociaciones ganar – ganar. Sin embargo, no debemos perder de vista el sentido práctico, por lo que es necesario tomar las decisiones que apliquen, si un colaborador no quiere alinearse a las necesidades del equipo y la organización.

Es importante contarles que Pedro logró convertirse en un buen jefe y más que eso, en un buen líder.

“Cuando el equipo transita de una dinámica de colaboración a una de sinergia, surgen soluciones que catapultan las capacidades del equipo a favor de la organización y generan un sentido de autorrealización. El reconocimiento es un ingrediente fundamental para que la autorrealización se convierta en compromiso genuino.”

Esta historia, tuvo un final feliz. Sin embargo, hay historias con un final triste porque no todos pueden ser jefes y aunque todos podemos aprender, no todos tenemos la disposición de servir en esa forma. Aún así, siempre hay caminos laborales muy satisfactorios para los colaboradores que no se sienten cómodos con posiciones de liderazgo.

Lo más importante es el autoconocimiento para aceptar el reto de convertirse en líder o el de seguir a un buen líder. Cabe mencionar que el indicativo clave de que los colaboradores no se sienten parte de la organización y que no están comprometidos, es la rotación de personal.  Éste es un sensor muy importante que nos invita a mirar lo que está pasando y a tomar acciones que nos lleven a desarrollar equipos de trabajo comprometidos y que a la postre prosperaren a la organización.

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